miércoles, 23 de septiembre de 2009

Terapia En El Agua Que Fluye

¡Les tengo que compartir esto! ¡Es maravilloso! He mencionado antes, y está en mi perfirl, que aunque sobreviví el cáncer, quedé indeléblemente marcada, ya que éste me activó una condición neurodegenrativa que al parecer estaba latente. Es importante notar que todo el daño que me hizo a nivel neuroanatómico, fue hecho durante los años de diagnóstico y tratamiento del cáncer. Luego de eso se ha mantenido estable, pero tengo períodos en los que se me empeoran los síntomas. Ahora, sin embargo, estoy encontrando un alivio importante. Sí es cierto que las sesiones en el sauna resultan en una mejoría notable en mis síntomas neurológicos, pero no me los han apagado por completo y todavía éstos afectan mi calidad de vida negativamente. Necesitaba, añadir algo ...

Como muchas condiciones neurológicas, la mía no tiene un tratamiento específico ni una cura. Lo que he descubierto es que la Medicina Alternativa y Complementaria sí tiene respuestas para mí. De hecho, las terapias con el sauna de luz infrarroja es una modalidad de medicina alternativa y complementaria. Pero necesitaba algo más ... Y así, por la soberanía del Señor conocí a alguien que ha pasado por algunas cosas similares a las mías y que me contó sobre sus terapias en el agua. De inmediato me interesé y pedí una cita de evaluación con la terapista. Ella tomó nota de todo mi historial médico y mi situación actual y me recomendó comenzar con terapia sacrocraneal en el agua y poco a poco ir entrando a ejercicios de Watsu cuando ella entendiera que yo estuviera en condiciones para ésto. Lo consideré con mucho cuidado. Una de las limitaciones era el costo de las terapias que aunque justo, es limitante ya que estas terapias no las cubren los planes médicos, aunque deberían. El otro punto, es que al tener una mente científica, necesitaba alguna información que me demostrara que la terapia sacrocraneal realmente tiene efectos medicinales. Hize una búsqueda en Pubmed, una base de datos del gobierno de Estados Unidos que tiene, entre muchas otras cosas, una lista bastante comprensiva de la mayoría de los artículos científicos que se publican através del mundo. Para mi sorpresa, encontré varios artículos en revistas científicas en los que se reportaba efectos beneficiosos de la terapia sacrocraneal. Ya ahí me convencí y comenzé a coordinar para comenzar las terapias.

Ahora bien, quiero decirles en qué condiciones yo estaba al momento de comenzar con las terapias en el agua. Yo estaba sufriendo una recaida seria de mi condición neurológica. Llevaba meses acostándome y levantándome con mareos. De hecho, por las mañanas tenía que esperar a que me pasara el mareo para poder comenzar a prepararme para ir a trabajar. Y hace como mes y medio comenzé a empeorar dramáticamente. Básicamente tenía vértigos y mareos todo el tiempo. Al mismo tiempo mi ataxia (falta de balance y coordinación) se empeoró a un nivel al que nunca había estado. Literalmente, no podía caminar la mayoría del tiempo del día. Estaba básicamente encamada. Me caía al ir y venir desde mi cama hasta el baño en mi habitación. Además, estaba teniendo una gran dificultad para articular palabras. Esto se conoce como disartria. No se me entendía lo que yo hablaba. Aunque yo pensaba que estaba pronunciando una expresión clara, la verdad era que muchas veces lo que estaba saliendo de mi boca era un balbuceo que no se entendía. Para comlicar más las cosas también se definió claramente una condición de visión doble. Me empezé a asustar ... Casi como un pánico interno que sólo los sobrevivientes de cáncer conocemos. ¿Será que tengo una metastasis cerebral? O, ¿será que la degeneración neuronal en mi cerebelo (la parte de mi cerebro encargada de los coordinar el balance y la coordinación motora) ha progresado ha un nivel extremo? Ambas cosas serían catastróficas. ¿Llegarían mis impedimentos físicos ha afectar mi capacidad para trabajar, para llevar una vida "normal"?

Mi médico de cabezera me ordenó un MRI para ver si había algo malo en mi cerebro que se pudiera identificar. Los resultados me sorprendieron. A pesar de todos los síntomas que tenía y lo mal que me sentía físicamente, NO tenía progresión en el nivel de degeneración en mi cerebelo y NO tenía señales de metástasis. ¡Qué alivio! Una vez más podía soñar y planificar para el futuro. Sólo necesitaba adaptarme a mi impedimento físico y no tratar de seguir escondiéndolo. Tratar de esconderlo es algo que causaba dos tipos de efectos en mí. Por un lado, casi diariamente experimentaba lo que se describe en el libro a los Romanos en el Nuevo Testamento. Romanos 8:11 dice que si el Espíritu que levantó de los muestros a Jesucrito mora en nosotros, éste Espíritu vivificará también nuestro cuerpo mortal. Sí, todas las mañanas al orar también le pedía al Señor que fuera mi fortaleza, que me supliera con Su gracia. La oración era contestada siempre. Tanto era así que podía causar confusión. Podía trabajar todo el día y luego llegar a mi casa y necesitar permanecer en la cama y recibir ayuda hata el próximo día.

Bueno, fui a mi primera terapia sacrocraneal (o craneosacral) llena de muchísima esperanza. La verdad, esa experiencia fue maravillosa, interesante y me trajo mucha iluminación. La terapista comenzó a darme masajes en el agua. El fluir del agua en la piscina también era un masaje para mí. Al comienzo tenía tensión. La terapista trataba de ayudarme a relajarme, a dejarme llevar por el fluir. Yo comenzé a orar internamente. Comenzé a darme cuenta de que inconcientemente mis músculos se resistían a la terapia y al fluir del agua. Entonces el Señor me habló. No audiblemente sino como un pensamiento surgido en mi mente, en mi espíritu. Cómo siempre me habla. ¿Saben lo que me permitió ver? Me dí cuenta de que de la misma manera en que mi cuerpo se resistía a la terapia y al masaje del agua que quería moverme, así mismo yo me resistía la mayor parte del tiempo a la dirección del fluir del Espítu de Dios en mí. El Señor nos dice que andemos por el Espíritu. Me gusta cuando en el Evangelio de Juan, capítulo 3, versículo 8 Él dice: "El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu." Y quienes son los que son nacidos del Espíritu, sino los hijos de Dios. Veamos los versículos de Juan 1:12-13: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." También el apóstol Pablo nos dice en Romanos 8:14: "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios."

Así que aprender a dejar que el Espíritu de Dios nos guíe es clave en la vida de todo cristiano. Eso me devuelve al tema de la terapia en el agua. ¿Qué fue lo que pude recibir del Señor? Me dí cuenta de cuánta resistencia ponemos a permitir que el Espíritu de Dios nos guíe. Tenemos voluntad propia, libre albedrío, los cuales necesitan ser ganados por Cristo para que nos dejemos guiar por Él. Sin embargo, aunque no nos demos cuenta, constántemente estamos resistiéndonos. Mientras tomaba mi primera terapia en el agua, mientras la terapista me tocaba suavemente para que mis músculos se relajaran, mientras mi cuerpo sentía el suave fluir y acariciar del agua, el Señor me dijo: "Así como te resistes a estas cosas, así también te resistes al mover de mi Espíritu en tí." Inmediatamente capté el mensaje. Comenzé a orar internamente: "Señor, deseo aprender a subyugarme a Tu fluir, a dejarme llevar por Tu Espíritu. Necesito aprender a no resistir a Tu mover dentro de mí. No quiero resistirme más a Tí. Me quiero dejar llevar por Tú Espíritu de la misma forma en que lo estoy comenzando a hacer con esta terapia del fluir de agua."

Sentí mucha paz y un bienestar pleno. Yo llegué a la terapia caminando con un bastón y salí de allí cargándolo en la mano. Ya llevo 3 terapias, mañana voy para mi cuarta. Les diré que ha sido como un milagro. Se me quitó el desbalance, la falta de coordinación, las ganas de caerme al piso ... (¡Ja!). Volví a poder hablar normalmente, se me fueron los mareos, la visión doble. En fin, con esta terapia he encontrado la mejoría que buscaba. Lo irónico es que no encontré este tratamiento através de un médico, un especialisa, un neurólogo. No. La encontré por medio de compartir con una nueva hermana en Cristo que el Señor en Su grande misericordia trajo a mi vida. Esa es la Soberanía de el Señor. Espero que este testimonio sirva para que muchos encuentren alivio, pero principalmente que lleguen a disfrutar cuán rico es dejarse llevar completamente, sin poner ninguna resistencia, al mover interno del Espíritu de nuestro bello Señor Jesucristo. Amen.

Aquí hay unos sitios en internet que les recomiendo:
http://www.youtube.com/watch?v=3mjtoMaNC44
http://www.whatsontv.co.uk/youtube/search/craneo%20sacral/video/ttsqsYLOFrU&feature=youtube_gdata/1




1 comentario:

Cassiopeia dijo...

Me alegro inmensamente de tus progresos.
Es una hermosa experiencia que debe seguir siendo diseminada para que muchos nos podamos beneficiar, en Gracia Divina.